Respuesta: Iron Man
Ya que se acerca la 3ª y en casa son/somos fans absolutos del personaje (y de Downey también) cayó por enésima vez el visionado de la primera entrega. En nah caerá el revisionado que le debo a la secuela. Vamos allá...
Cuando Marvel (y Hollywood) decidieron trasladar a la gran pantalla el personaje de Iron Man lo cierto es que más allá de los fans/fanáticos de rigor con los que cuenta cada uno de los superhéroes con los que cuenta la gran compañía no había una fuerte espectación. Iron Man nunca fue uno de los grande reclamos pues el mundo de los héroes enmascarados cinematográficos siempre se ha sustentado en 4-5 pilares a lo sumo. Tampoco ayudaba con saber que quien iba tras la cámara era Jon Favreau, alguien que no había dado signos de tener un estilo propio aunque sus 2 películas anteriores, familiares y muy divertidos, no dejaban mal sabor de boca. La sorpresa fue mayúscula cuando se descubrió que quien iba a interpretar al héroe de la función era nada más y nada menos que Robert Downey Jr, el otrora problemático actor que había caído en desgracia y era sinónimo de fracaso económico para las arcas de la taquilla. Aunque su anterior papel en Zodiac volvió a granjearse las simpatías tanto de crítica como de público y en Tropic Thunder logró conseguir ser lo mejor de la función nadie daba dos duros por él, como se suele decir.
Estaba claro que el riesgo era máximo, más aún cuando todos los ingredientes (personaje, director, intérprete) podía deparar un fracaso estrepitoso y hundir aún más la carrera de ambos y por ende acabar con la conversión de la entrega en una saga. Pues bien, Iron Man acabó convirtiéndose en un éxito sin precedentes, rompiendo con cualquier estigma que pudiese labrarse y encima consiguiendo lo impensable: un héroe carismático, un superhéroe más en la lista de beneficio lucrativo para los bolsillos de los inversores, un director que contenía un potencial enorme y lo mejor de todo: resucitar a Downey Jr. cual Ave Fenix de unas cenizas que hubiesen acabado por convertirlo en un fracasado absoluto y reconvertirlo en un éxito seguro para cualquier título en el que se enfrascase siendo un reclamo absoluto.
Iron Man es un claro ejemplo de como no hace falta darle una profundidad al personaje, no hace falta darle un enfoque oscuro, emplazarlo en un mundo deprimente para que sea más atractivo o más trascendental. Es cierto que la película es realmente básica tanto en intenciones como en resultado. No hay nada más simple que el mensaje que transmite: el hombre que lo tiene todo y que se lucra con armas cada vez más sofisticadas para acabar recibiendo el escarmiento de sufrir un ataque con una de sus propias armas. Secuestrado y anclado a una máquina que le permite seguir viviendo para descubrir que su misión en la vida es, como suele ser en los héroes idílicos y de valores morales intachables, proteger al indefenso y velar por la seguridad de su país frente al ataque del enemigo invasor. Claro que el mensaje tiene todas las lecturas que uno quiera ver y están ahí al servicio del consumidor o crítico que se precie pero Favreau no le interesa, prefiere enfocar la película hacia el camino del espectáculo al servicio de la historia y con una calidad en los efectos y acabados la mar de resultones.
Para empezar la película cuenta con un reparto conciso pero muy entregado. Downey Jr. supo hacer suyo el personaje y darle un cariz repleto de chulería innata, encantado de haberse conocido y dotándolo de esa supuesta socarronería con la cual consiguió una fresca puesta al día de los hombres confiados y dominando la situación en todo momento. Sus diálogos, chascarrillos, frases y demás están puestos al servicio de un carisma arrollador, aplastante convirtiéndose además en lo más destacado de toda la película, demostrando que el actor estaba viviendo una segunda nueva vida, una nueva época, un punto y aparte. Su Tony Stark es convincente en su coolismo, en su vertiente más desenfadada, en su logro de haberse hecho a sí mismo. La relación que mantiene con Gwineth Paltrow es fabulosa, imposible de superar. Su relación laboral y amorosa, con la guerra de sexos en estado de gracia y sus miradas cómplices para avivar la relación en un constante interés de atracción y distancia a partes iguales, hace que en los momentos más pausados, los que carecen de acción directa sigan siendo igual de válidos y funcionales, sin chirriar o molestar en ningún momento concreto.
Si por algo funciona Iron Man es por su diseño de producción. Sus efectos especiales son de una facturación impecable, logrando conciliar la infografía con el mecanismo de una forma muy fluída, para nada forzada y convenciendo al más escéptico convirtiéndose por derecho propio en uno de los mejores títulos hasta la fecha al respecto. Y si bien es cierto que la película cuenta con menos acción de lo que pueda parecer es un producto que está en constante movimiento, no decae en ningún instante siendo una concatenación de situaciones muy bien orquestada y sobretodo montada. Es un ejemplo claro de saber mantener el interés y la atención en todo momento con los ingredientes justos. Estructurada de una manera concisa, Favreau hace que su juguete no decaiga pues desde los primeros instantes previos al meollo de la cuestión "Iron Man" es un producto al servicio de la palomita bien enfocada, sin molestar pero tampoco sin resultar irritante o molesto pues el humor con el que cuenta es muy liviano, acorde con el tono/carácter del personaje.
Añadámosle un villano en ciernes con presencia y la dosis justa de maldad al servicio de la dominación del mundo. Un Jeff Bridgess que disfruta con su rol aunque haya momentos donde quizás no acabe de creerse del todo su personaje. Pero sobretodo Iron Man funciona por saber hacer que cada uno de sus momentos estrella brille por su tono, su forma y su fondo, todo a una. Los momentos sentimentales entre Downey Jr. y su nuevo amigo son muy funcionales, los que beben de Minority Report son un lujo para la vista, al igual que la sensación de libertad total una vez Stark logra hacerse al potencial adquirido con su nuevo invento (Rocketeer estaría orgulloso de él) al igual que el ataque/defensa del pueblo invadido en la mejor escena de toda la película o la pelea final, la cual es un tanto extraña por lo forzado de la propuesta pero que mantiene la esencia de lo que lleva publicando desde los primeros segundos. Para mi "Iron Man" es la respuesta a todo aquel que busque un claro ejemplo de la aventura, la acción y la épica al servicio de la historia sin resultar pesado, molesto o aburrido por culpa de un guión cargado de exceso o demasiada rimbonbancia innecesaria. Una de las mayores sorpresas de la temporada.