Respuesta: Películas que vais viendo en casita
Titus, de Julie Taymor
Una de las adaptaciones de Shakespeare al cine más lisérgicas que se pueden encontrar. La obra es “Tito Andrónico”, ya una rareza dentro de la producción del dramaturgo inglés, una tragedia ambientada en la antigua Roma que consiste en una sucesión de aberraciones, hechos truculentos y escabrosos, muertes absurdas… es algo así como la obra precursora del gore y del grand giñol, una representación de la brutalidad y de la locura humana donde algunos personajes representan la maldad en estado puro. O bien podría ser fácilmente un simple divertimento morboso para atraer al público de la época (corresponde al inicio de la carrera de Shakespeare, cuando lo comercial mandaría para él), o incluso una comedia negra.
La película busca un paralelismo con la sociedad actual. El texto es transladado literalmente a la pantalla, solo que por medio de una estética demencial e imposible, a medio camino entre ¿Derek Jarman? y el Kubrick de La naranja mecánica (por decir algo) con anacronismos, palafernaria fascista y elementos similares, además con una impagable banda sonora trompetera. Todo muy histérico y exagerado, por momentos da vergüenza ajena (esas animaciones en plan flashback), o bien llega a fascinar. Pero el caso es que se ajusta bien al espíritu enfermizo y decadente de opereta bufa que tenía la historia, los actores son caricaturas totales y la atmósfera de degeneración absoluta es la misma aunque cambie la ambientación. O sea, que no es algo gratuito.
Lo malo es que sigue existiendo un carácter marcadamente teatral al que no puede escapar, y sobre todo, que es una propuesta tan pretenciosa que ríete tú del Von Trier, lo cual se nota en lo ya comentado, y en el cómo se flipa queriendo llamar la atención y pasar a la posteridad a toda costa. La directora quiere convertir la obra en una especie de crítica social. Lo hace mediante un personaje simbólico, los horrores mostrados fuera de plano o los personajes hablando a la cámara, es decir, con una voluntad de distanciamiento y reflexión. Al final parece que la conclusión que saca no es tan pesimista como podría parecer (¿metáfora de andar por casa?), y no estoy seguro de si logra o no lo que pretende. A mí por lo menos me ha convencido (aunque las opiniones pueden ser de lo más dispares, no hay duda).