Roman Polanski | Página 8 | NosoloHD

Roman Polanski

Se cortan para no darle el disgusto a @Ropit :cuniao

"I have a message for the Academy Awards"

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Tanto si fuera el polaco como el gafas yo mandaba la academia y sus óscares dónde cristo perdió la zapatilla.

Dicho esto, a Woody lo investigaron y no hubo caso, eh. Roman está en busca y captura.
 
El encabezado de la noticia está mal; no le dieron el Oscar por Rosemary´s Baby, sino por The pianist.

Woody es neoyorkino ; Polanski no.

Si Francia le quitara los César y le expulsara entonces si que pensaría que el mundo del cine ha perdido la cabeza, pero mientras tanto...


por cierto, otro acusado ha sido Antonio Castelo; le están dando canela fina en Twitter y medios.
 
El quimérico inquilino

Cuando un piso en el que ha tenido lugar un extraño accidente es ocupado por un nuevo inquilino, éste descubre que algo raro pasa cuando comienza a ser hostigado por los vecinos. Conclusión de la “trilogía de los apartamentos”, en la que el polaco se adentra (tanto detrás como delante de la cámara) en un ambiente cerrado en sí mismo, perturbado por un elemento ajeno. Y habla así de la desconfianza hacia el extranjero, de la modernidad que aísla y machaca al individuo, siendo la vivienda un espacio privado desde el que observar, diferenciarse del mundo exterior, pero también la oportunidad para diseccionar a un sujeto cada vez más inmerso en la paranoia, a medida que su mente fracturada ve una conspiración por todas partes, una nueva repetición de un hecho envuelto en el enigma, pero de terrible desenlace, que tuvo lugar en el pasado (que haya un trasfondo autobiográfico tras todo ésto, cual testimonio de un hombre acorralado, es otro debate... aunque es fácil pensar que sí). ¿Locura, o bien una terrible realidad? Aunque la clave se nos ofrece en un momento dado, tal cosa no agota las posibilidades de una retorcida trama que juega, cómo no, con la subjetividad de lo narrado.

El doble maléfico, la frágil identidad y el miedo a perderla, vienen a ser las cuestiones primordiales. Tenemos una historia poco menos que fantástica, con pequeños detalles (esoterismo, androginia, subversión de las apariencias) que delatan a la gentuza tras la inspiración originaria. Posesiones y reencarnaciones chungas, referencias a la cultura egipcia antigua (poco menos que una maldición por profanar el espacio de un difunto), algo muerto que se resiste a morir (el grito que sale de esa boca semejante a un abismo)... algo vivo que empieza a dejar de estarlo, a borrarse, en un proceso de confusión psicológica que conduce a una resolución perfectamente circular, como de estar atrapado en una pesadilla, sin encontrar la tan ansiada liberación. O a lo mejor la cosa trata de no reconocer unos instintos reprimidos, del temor a la feminidad, con la chica (Adjani) como única ancla en lo real, unos amigos gañanes que son lo contrario a nuestro Trelkovsky. No hay que olvidar un factor imprescindible es el humor, negro en ocasiones, en torno a una fauna vecinal más que poco recomendable, con unos piques y manías que recuerdan quizá demasiado a la vida cotidiana.


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La Venus de las pieles

Simpático y desde luego muy gamberro ejercicio de literatura dentro de teatro a su vez dentro de cine, duelo interpretativo y verbal en un escenario único, precisamente el de unas tablas en las que se resume y se asume sin reparos la naturaleza teatral de la propuesta. Es en estas ruinas de lo irreal donde tiene lugar una dinámica de muñecas rusas, de espejos y ficciones que se retroalimentan, se prolongan hasta el propio cineasta, con más que obvias referencias a sí mismo cual apertura en canal (es un adaptador cuya adaptación trata… sobre un adaptador haciendo una adaptación). Al drama se suma una progresiva inmersión en una pesadilla que como de costumbre, tiene mucho de bufonada, de comedia negra que se carcajea de sí misma, en la que se intercambian los roles, el poder, conforme a la novela de Sacher-Masoch, traspasándose los límites entre la simulación y la realidad aparente en una confusión que afecta, cómo no, al espectador. Hasta aquí todo “normal”, funcionando como compendio de la obra y obsesiones del polaco, con potentes actuaciones, en especial la de ella y su constante dualidad, entre la femme fatale amenazante, con sorpresas bajo la manga, y la pobre colgada desvalida, en una estructura más o menos previsible en la que abundan revelaciones y giros de tuerca. Habla además del proceso creativo y la intromisión de circunstancias imprevistas, del ingenuo (inseguro) creador en su torre de marfil, estético aristócrata que idealiza el pasado frente a la supuesta vulgarización del presente, que piensa que puede distanciarse de lo que narra, pero tal cosa tiene mucho más que ver con él de lo que él mismo reconocería.

Pero lo que sorprende es quizá cómo aborda las visiones contradictorias en torno a un producto cultural, la sátira sobre el reducir cualquier obra del espíritu a las interpretaciones políticas y sociales del momento sin tener en cuenta su contexto, sobre el eterno debate sobre si algo es machista o no lo es... que de hecho, contagia a la propia peli, con un final que no sabemos si habla de lo malas que son las féminas, o de lo tontos y egoístas que somos los tíos. Cosa que, como obra previa a la era “me too”, creo que adquiere relevancia por cómo lo anticipa. Un testamento de odio pero también de devoción al “sexo débil”, que recupera temas de sadomasoquismo, travestismo y dominación en unos juegos que no son tan juegos. Autocrítica y sentimiento de culpa del macho, exaltación de la mujer como diosa terrible, en un desmadre que alcanza la categoría del mito; atención a cómo se abre y se cierra la peli, la función, ¿puro delirio? ¿fuerza cósmica o justo castigo divino? “Y Dios lo castigó… poniéndole en manos de una mujer”. Pero también es esa victimización cobarde e interesada del hombre, ese “todas putas” cuando él mismo es causante de la desgracia y creador de prejuicios… al final es precisamente el Roman quien mejor habla de todo ello, y tiene narices que lo haga de forma de tan festiva, tan desprejuiciada y ligera. Buen uso, en fin, del mínimo espacio, creando una atmósfera muy gótica, con importancia de la ropa y el vestuario (lo simbólico y tal…), de los toques musicales que aporta Desplat y de la fotografía, marcada por los ángulos de cámara y los cambios de iluminación.

P. D. Añado: Más que ser malvado, o maltratador (que se sería lo fácil), el hombre es hipócrita y manipulador, no se compromete con sus propias reglas y siempre va a ser él quien domine el cotarro, El gran crimen histórico no ha sido la violencia física sino la simbólica, una suerte de “escritura masculina” en literatura… Y es como si Polanski, reproduciendo o parodiando literalmente la cita del pervertido autor del libro, nos dijera que ni él mismo puede escapar de ella.


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Última edición:

La están poniendo a parir en todas partes (ya sabemos el porqué):
Todo es escatología infantil, misoginia rampante donde las mujeres figuran solo para hablar de felaciones o de rollos con el fontanero.

Y encima el fulano viene a decir que El baile de los vampiros ya era una mierda...

Vamos, que lo más probable es que sea otra obra maestra.
 

La están poniendo a parir en todas partes (ya sabemos el porqué):


Y encima el fulano viene a decir que El baile de los vampiros ya era una mierda...

Vamos, que lo más probable es que sea otra obra maestra.

Herejía y anatema para el que se meta con "El baile de los vampiros", hombre ya. Yo tengo una cita todos los años con esa película, preferentemente, en invierno. La vi con 5 añitos (TVE nos la regaló un día de Año Nuevo) y me dejaron verla porque era "de risa" pero para mí fue aterradora. El misterioso criado del castillo, con su dentadura siniestra, los dosificados ataques vampíricos (el secuestro del baño, la seducción / persecución del vampiro homosexual, el fantástico colofón en la azotea y la sala de baile, o el negrísimo final) me causaron un terror extraordinario, en aquel entonces, yo no veía la risa casi por ninguna parte.

Es fascinante y turbadora, y una de las pocas películas que parodia el género fantástico respetando escrupulosamente sus códigos y tiempos, para mí es la mejor parodia fantástica que se ha hecho, junto con "El jovencito Frankenstein". ¿Una mierda? A tomar por saco, hombre.

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Que Polanski no tiene humor? Menuda majadería, si hay algo que le sobra es eso, lo que pasa es que su sentido del humor tiene más que ver con la sátira y el humor negro que con la comedia pura, producto de una existencia turbulenta como pocos directores han tenido.

Un saludete.
 
El baile de los Vampiros es cima de su género, hombre. De hecho, es mil veces mejor que la bobada de El Jovencito Frankenstein.
 
Yo huyo de las dos, el baile y el jovencito.

(no las he visto)

Humor british y de culoduros me comentaron fuentes en su día. Pero hoy día, a saber. No creo, no es mi estilo.
 
Pff no sé, lo dudo. Yo a todo esto he visto escenas supuestamente graciosas de el jovencito y mira macho, es como ponerme el baile de a band apart de godard. ¿PORQUE ESTOY VIENDO YO ESTO?

Pero ah de polanski no sé, dudas, bro.
 
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