Tal cual. El primer acto es sensacional, el segundo es notable e inexplicablemente la cosa se desinfla en el tercer acto. En ese sentido me recuerda un poco a Snake Eyes de Brian De Palma: un festival fílmico que acaba con un tercer acto descafeinado que no está a la altura del resto. Con todo, aún quedándose por debajo de sus posibilidades, Tomorrowland es una película notable que no se merecía en absoluto el fracaso comercial y la tibia recepción popular que tuvo.Son dos terceras partes de una buena película.