Al final queda la sensación de que Pi realmente es un tipo tan enajenado y repelente como Amelie.
Al principio de la película Pi habla de cómo le atrae la figura de Jesucristo pero, al mismo tiempo, no entiende por qué Dios le hace pasar por todo ese sufrimiento (ay). En el mismo tramo vamos viendo como Pi abraza todas las religiones en tanto que le acercan a un All Star espiritual en el que todo es Dios y todo es alma y armonía. Luego vemos como su padre intenta hacerlo un hombre, y le lleva una cabra al león (al que Pi cree verle el alma a través de los ojos, el chico ya soñaba con ser el Mesías desde chiquitito) para que se la zampe y Pi se deje de tantas mariconadas.
No obstante, en el naufragio Pi sube a la cubierta del barco a bailar bajo la lluvia como buen canelo perroflauta y por culpa de éso no está con los suyos cuando el barco se hunde. En la barca ("bienvenidos a mi arca") entran la madre (orangután), el chef (hiena), el chino (zebra) y él (león). El chino (que antes intenta ayudar a la familia porque es de religión asiática y por tanto tiene un +1 de espiritualidad) está jodido de la pata y Depardieu decide cargárselo por plasta. Luego le entra hambre y se lo papea (el mejor hallazgo de la película está en off, Depardieu está hasta los cojones de tanto Benetton espiritual y, como buen gordo francés - europeo e intelectual = - 2 de espiritualidad-, intenta zampárselos a todos). Pi supongo que sigue sin entender por qué tanto sufrimiento. Después Depardieu tiene un rifirrafe con la madre, se la carga y Pi se carga a Depardieu. Ya la hemos hecho buena.
Pi no entiende por qué le toca todo eso a él y comienza su travesía por el océano en la que su lucha constante consigo mismo será lo que le mantenga a salvo. Vamos, que de plasta y de tanto replantearse a Dios y su espiritualidad, sobrevive. El león es su parte salvaje, representa lo descarnado y feo que hay en la tierra. En el recorrido en la barca Pi le reclama a Dios respuestas a su sufrimiento, le pide una señal y le da una de cal y una de arena, aunque finalmente se entrega a él aceptando lo que le venga. Ejem. En una secuencia de tormenta la cámara va bajando a las profundidades marinas mientras vemos como los animales se van devorando unos a otros hasta el origen de los tiempos. Es algo que ya habíamos visto varias veces en la películas, pero Lee había visto 'El arbol de la vida' y le apetecía una secuencia así.
También hay una escena en la que aparecen peces voladores (sí) y el formato cambia para que el pescao se vea en la franja negra como si fuera 3D. No aporta nada, pero no veas que guay, tú. Ah, ¿recordáis los tonos glowstick de 'Avatar', pues preparáos para un festival de lucecitas new age.
Luego también vemos como a mitad de camino se para en la isla carnívora esa, que "parece el paraiso" pero en la que tienes que tener cuidado porque si te entregas a sus placeres y te conformas con estar allí te devora (¿lo pillaís?).
Total, que por el camino Pi aprende a amaestrar a ese lado, a saber convivir con ese trauma de sufrimiento que lo ha convertido en león. Al fin y al cabo, para sobrevivir no hay que fingir que el león no existe (existe) ni intentar evitarlo (imposible), hay que saber dominarlo para que no te coma (¡que cosa más bonita!) y aceptarlo como una parte indisoluble de la travesía del océano (vida).
En fin, que entre metáfora religiosa de chichinabo y metáfora religiosa de chichinabo, llega a la costa de México y el león se las pira sin girarse para despedirse y Pi llora desconsoládamente. Vamos, que no esperes una palmadita en al espalda, la parte puta de la vida es la parte puta de la vida, asúmelo, digiérelo. O mejor: reconviértelo en enseñanza, saca un libro y que hagan una peli. ¡Da cursos de coach para empresarios que están mu bien pagaos!
Con lo que llegamos entonces al "giro" final: se descubre que todo es una fábula sobre la vida y milagros, porque si Jesucristo sí, él por qué no. No olvidemos que Pi abraza todas las religiones en un abrazo a la espiritualidad en general, así como elige contar la historia con cebras y leones porque es el puto Jesucristo reencarnado y sabe que el mundo necesita de las fábulas místicas y que los cds de chill out nos ayudan a llevar una vida más feliz y espiritual.
En definitiva, la la religión es un valor desfasado mientras que la espiritualidad es un valor en alza. La espiritualidad entendida como la religión 2.0, una actualización de los mecanismos de siempre (el capitalismo se fagocita y se convierte en algo brand new). Vamos, que si antes venían con la Biblia a la puerta de tu casa, ahora vienen con camisa blanca de lino y un iPad en el bolsillo. Watch out!