No habré viajado tanto como tú, pero vamos, que tampoco me quedo sin salir de casa, y una cosa es ver una bandera nacional en un edificio, en una plaza... y otra verlo en sitios insospechados donde es un individuo a título personal el que va hasta allá a ponerla o pintarla, incluso en lugares que son difícilmente accesibles.Si viajas por el mundo ves un montón de banderas nacionales, sin que ello suponga ninguna obsesión.
No es lo mismo que una bandera se ponga en modo representativo de un colectivo a título precisamente colectivo, y otra el que sea un individuo. En mi opinión es un tanto obsesivo, independientemente de que bandera sea la que pinte o cuelgue, insisto, a título personal.