Nunca he tenido menos hype con la presentación de un iPhone que en esta ocasión. Indiferencia total.
Aunque siempre te queda la pequeña esperanza de que se la saquen, la razón me dice que esto va a ser otra vez una oda al maravilloso procesador que trae, que es chorrocientas veces más mejor que el anterior, alguna compañía presentandonos un juego es-pec-ta-cu-lar que corre que se las pela gracias al maravilloso teléfono que nos han presentado (al contrario que el juego, que no veremos nunca), una tipa muy aburrida diciéndonos que ahora el iPhone controla mucho mejor nuestras calorías, y de vuelta Johny Ive diciéndonos que el sacar el DAC fuera fué el mejor invento desde el bocata manteca, que a pesar de tanta fantastic innovation la batería va a durar lo mismo, nos pondrá una comparativa de todos los iPhones con música épica, y finalizará dicendo que semos todos cojonudos. E ya. Ah, bueno, y que vale un gritón de dólares y que lo podremos reservar dentro de un mes, para entrega dentro de tres.
Po bueno, po fale, po malegro. A ver si me dan en todos los morros el día 12. Pero me da a mi que no.